La muerte de un cerezo

Todo era calmado en la villa de Konoha, no paresia que la cuarta guerra ninja se acercara, pero era de noche y a pesar de todos los conflictos políticos y militares, esa noche era tranquila, tibia y con su cielo despejado que se podían ver todas las estrellas y una luna llena que le traía tanta nostalgia y dolor a cierta peli-rosa que miraba una pequeña banca en el parque, en la cual hace tiempo la habían dejado recostada sobre ella después de ser noqueada por su eterno amo imposible.

Junto a ti.

Se encontraban una pareja sentada sobre la cálida arena de una playa lejana, con sus manos entrelazadas y miraban al horizonte que lentamente se tornaba naranja, el cálido viento meneaba los cabellos de ambos, el sonido de las olas chocando con la orilla era relajante, no existía nadie más que ellos dos en aquel lugar, y si lo había ninguno se había dado cuenta, pues se encontraban atento a que la puesta de sol llegara.